sábado, 13 de marzo de 2010

El sabor de lo incierto








Siempre que vamos a nuestra primera cita con un chico tenemos la esperanza de que en algún momento se dé el primer beso, en el medio de una conversación o al final de la salida en la puerta de tu casa, que puede significar un "La pasé bárbaro con vos, me gustás y quiero volverte a ver" o un "La verdad es que fue la peor salida de mi vida y no te quiero ver más, pero te doy el beso así no jodés". Yo prefiero pensar que es la primera opción. Pero mientras esperamos que eso pase imaginamos cómo puede llegar a ser, porque el beso es muy importante y dice mucho de la persona sin siquiera emitir una palabra, es más, suelo relacionarlo con lo sexual, creo que no podría tener sexo con alguien que besa mal.

Ahora, qué es besar bien? El punto importante es cómo lo hace, tiene que haber una conexión entre los labios, y no hace falta decir que entre las lenguas. El beso vendría a ser la carta de presentación.

Más de una vez me ha pasado de apretarme a un flaco que estaba muy bueno pero besaba muy mal, y eso hizo que no me den ganas de volverlo a ver. Ojo! No es nada que no se pueda aprender, uno no nace y crece sabiendo besar, pero cómo le decía que lo hace mal? Lo que sí se puede hacer es tomar las riendas de la situación y hacer lo que a una le gusta que le hagan, tal vez él entienda la indirecta y retribuye de la misma manera.

Por otro lado tenemos, también, los diferentes tipos de besos... El beso de "HOLA", que a mi criterio es importante porque quiere decir que no fuiste cosa de una sola noche, el beso de "CHAU", el beso imprevisto, el de después del sexo, el de antes del sexo, y así muchísimos más.

Es impresionante cómo algo tan simple y a la vez tan complicado pueda llegar a significar tantas cosas. Por éso, cada vez que tengan la oportunidad y se dé, den un buen beso!!!

martes, 2 de marzo de 2010

50 fantasías comunes de las mujeres


1-Que tu ex novio te pida perdón de rodillas.
2-Que tu ex novio te pida que vuelvas con él de rodillas.
3-Que tu ex novio te pida que vuelvas con él de rodillas, ya estés enamorada de otro y le digas que es demasiado tarde.
4-Hacerte depilación definitiva.
5-Comprarte una bicicleta fija para poder hacer ejercicio todos los días (aunque todos sabemos que nadie usa una bicicleta fija una vez que la tiene)
6-Enamorar perdidamente a hombre ermitaño, oscuro y torturado, que jamás se haya fijado en otra mujer.
7-Bajar de peso espontáneamente porque tenés mucho trabajo y te olvidás de comer.
8-Que él llame - finalmente - para explicar que el motivo de su silencio era que había perdido tu número telefónico.
9-Tener sexo con un profesor (siempre nos encanta algún profesor).
10-Que dos hombres se agarren a las trompadas por vos.
11-Que los diseñadores hagan menos toreritas color naranja alerta para deslumbrar a sus colegas, y hagan más pantalones negros para deslumbrar a sus clientas.
12-Que salga al mercado un dulce de leche bajas calorías de verdad.
13-Poder tocar el control remoto alguna vez.
14-Tener un admirador secreto.
15-Llegar a ser viejita al lado de tu pareja.
16-Que tu primer novio (quien probablemente ya tuvo muchas novias, una esposa, hijos y nietos) haya estado siempre enamorado de vos.
17-Cuando tenés cinco años: casarte con el compañero de facultad de tu hermana mayor.
18-Hacer un pacto con el diablo y –sin importar lo que comas- no volver a engordar nunca más.
19-Cada vez que estás menstruando y te duele la panza: que te extirpen el útero, que te aten las trompas, o incluso que te vacíen toda.
20-Poder usar remera sin corpiño y que todo quede en su lugar.
21-Comprar compulsivamente sin preguntar los precios, llevar cada prenda en varios colores y, cuando llegás a tu casa, desparramar todo sobre la cama para mirarlo.
22-Que lo que haya dicho la tarotista o el horóscopo sea cierto.
23-Usar los más viles aros de lata, alambre de púa o chatarra repujada y que no te den alergia.
24-Cambiar a un hijo de puta.
25-Ser la más linda de una fiesta, de la universidad, de un grupo de amigos, o -aunque más no sea- de la familia.
26-Acostarse con un desconocido.
27-Dejar de perder la lima de uñas, la pincita de depilar y el alicate una vez por semana.
28-Tener un vestidor o un placard con organizador para zapatos.
29-Encontrarte con el hombre que te rompió el corazón justo cuando estás más flaca, más linda y mejor vestida.
30-Empezar el gimnasio, ir a correr, o a clases de natación, y mantener esa rutina durante años.
31-Descubrir qué clase de enferma mental sigue diseñando corpiños con la taza en punta.
32-Cada vez que salís un sábado por la noche con amigas: conocer al amor de tu vida.
33-Cada vez que te enamorás y no te corresponden: que existan las pócimas de amor.
34-Saber a dónde van a morir las tapas de los tupperwares.
35-Que esa infeliz que habla todo el día de lo perfecto que es su marido, se entere de que es cornuda.
36-Que tu pelo se mueva como en la publicidad de “Pantene“.
37-Que tu pareja no se parezca a la de tus padres.
38-Poder detectar qué zapatos te van a mutilar los dedos antes de comprarlos.
39-Encontrar a los mogólicos que diseñan bikinis para explicarles que la parte de abajo y la de arriba rara vez le sirven a la misma mujer.
40-Cuando tenés una cita: que si el hombre resulta ser un imbécil, te reintegre el dinero que invertiste en peluquería y vestimenta.
41-Que el talle “M” sea siempre “M” de “medium” y no “M” de muñeca Barbie.
42-Que alguna vez ellos contesten la pregunta “¿En qué estás pensando?”.
43-Tener un cuerpo perfecto para poder tirarte encima cualquier trapito de oferta.
44-Que los poros finalmente se cierren, que las estrías se borren, que las puntas del pelo se regeneren, que la celulitis se alise, que los brazos se tonifiquen, que la panza se endurezca y que la cola se levante sin hacer demasiado esfuerzo.
45-Que él por fin se de cuenta de que “serían perfectos juntos”.
46-Cuando el amor de tu vida ni te registra: que sorpresivamente te declare su amor
47-Que la empleada doméstica deje de meter tus corpiños con aro en el lavarropas.
48-Que tu hermana menor deje de usarte la ropa.
49-Volver a ser soltera.
50-No ser la última de la familia en casarte.

La crisis de los veintitantos



Así como está la crisis de los 30, de los 40 y las que siguen, también está la de generación, o sea... la de los veintitantos....


Le llaman la "crisis del cuarto de vida". Te empezás a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años. Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios, pareja, etc... Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son "tan divertidas" y hasta a veces te incomodan.
Extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante. Pero te empezás a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo.
Te empezás a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más importantes para ti.
Reís con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor. Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal. Quizás te acostás por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor (todo el tiempo).
Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a casarse. Quizás vos también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado para comprometerse por el resto de tu vida.
Los amigarches y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharse y actuar como un idiota empieza a aparecerte verdaderamente estúpido. Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo.
Mirás tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo. O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes. Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y agregás cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no lo es.
A veces te sientes genial e invencible, y otras...solo, con miedo y confundido.

De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando. Te preocupás por el futuro, préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti. Y mientras terminar la carrera sería grandioso, ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella.
Lo que puede que no te des cuenta es que todos los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello.

Todos nosotros tenemos 'veintitantos' y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces. Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desorden en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no
tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos...
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro. Parece que fue ayer que teníamos 16... ¿¡Entonces mañana tendremos 30!? ¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!???

HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO... QUE NO SE NOS PASE!